Siglo XX, verano de Córdoba, en mi preadolescencia fue la primera vez que vi el Dr Zhivago, la única que lo hice en el cine  muchos años después de su estreno. Me impresionó y a los miembros de la academia, la de Hollywood, pues le dieron 5 Óscar, y a la academia sueca, ya que  Boris Pasternak recibió el nobel de literatura ayudado por su novela, el Dr Zhivago. Pero no recuerdo los sentimientos que me dejó aunque estoy seguro que salí tarareando la canción de Lara y enamorado de ella, (Interpretada por Julie Cristhie).
Principios del S XXI, en Madrid, durante mi postadolescencia, volví a ver al Dr Zhivago, esta vez dormitando en el sofá y maldiciendo a los anuncios.  No recuerdo que sentimientos me dejó, pero fui a Zara, me compré una camisa tipo rusa, sin cuello y con mangas anchas, e invité a una amiga a cenar en Rasputín, que estaba de moda y era muy romanticón. Seguro que me volví a enamorar de Lara y me tiré tarareando su canción varias semanas.
Esta semana, pasada la primera década del SXXI, vi varias escenas del Dr Zhivago en la cocina mientras cenaba. Me volví a enamorar de Lara, a tararear su canción y pienso que me sigue dejando el mismo regusto que la primera vez, pero no es  verdad, el olvido nos engaña.


A ver, lo obvio. Nací en una generación que se perdió el libro y sólo conoce estas historias por Hollywood, ya no volveré a tener tiempo para ver de corrido una película de 197 minutos y mis hijos ni de coña podrán aguantar sentados tanto tiempo viendo una película antigua, sin 3D, ni efectos especiales. ¡A pesar de Lara y su canción! Al menos no tendré que aguantar anuncios si en un ataque de nostalgia me paso tres horas viéndola. Gracias e-mule.
Pero vayamos a lo menos obvio, ahora existe internet y no existe el olvido. ¿Qué hacemos?, aprovechémonos de él con nuestro Yo Digital.
Segunda década del SXXI, en mi preadolescencia, conozco a Lara, es maravillosa y sabe tocar la balalaika, me enamoro perdidamente de ella, se refleja automáticamente mediante anotaciones emocionales de mi yo digital, en su parte más privada, al margen de red social de moda de la época.
Tercera década del SXXI, en mi postadolescencia, quedamos para cenar y bailar Lara y yo, nunca perdimos el contacto, es prácticamente imposible si se vive en la red. En vivo y en directo sigue siendo maravillosa, pero noto que se ha retocado su avatar virtual, tramposilla. Mientras bailamos suena radio futura, “Dicen que tienes veneno en la piel…” que postmoderno y que oportuno. Todo queda grabado en mi Yo Digital.
Mediado el S XXI, La red social del momento me ha concertado una cita presencial con Lara, será el jueves por la noche, dos horas, me viene muy bien. Tengo todo el histograma emocional de nuestra relación, ha llovido mucho desde la primera vez que nos vimos pero veo que aunque ahora Lara es rica, famosa y un poco cursi, no siempre la vi así y por qué.
Básicamente ahora, 2012, sólo recordamos el pasado por el presente actual, es una maravillosa y perfeccionada herramienta con miles de años de evolución. Siguiendo el guion de las comedias americanas, chico conoce chica, chico se enfada con chica, chico se reconcilia con chica. En cada caso las emociones asociadas a la chica y lo que le rodea, perfumenes, música, … están asociados al momento irracional actual. Pero cómo será el futuro cuando podamos acceder intuitiva y digitalmente a la historia anterior. En fin, supongo que algún psicoanalista digital se forrará analizando mediante dataminig nuestros Yo Digitales futuros.