Tengo un gato, bueno compartimos casa, se llama Mus, de seis años. Es dual: hogareño y callejero, cariñoso en casa y arisco la calle, un exquisito gourmet dentro, y basurero-cazador cuando ronda fuera. Pero sobre todo es un felino del Siglo XXI y es un gato telemático.

Ya su llegada a la familia estuvo ligada a internet pues en un momento de debilidad buscamos quién regalase un cachorro de gato en la red. Tras un año de alternar el vivir en un piso de Madrid y fines de semana en la casa de la sierra de Guadarrama con salida a la calle, optó por la libertad. Ya se sabe que los felinos aman la independencia y las pendencias. Eso sí, le exigimos su integración en la red.

Para empezar ya que se quedaba sólo en casa de semana en semana pusimos cámaras. Al principio por saber si volvía, si le quedaba comida, si se traía amigas gatunas… Esto le obligó a tener una cuenta de email, y así cada vez que las cámaras detectan un movimiento nos manda un correo con su foto entrando o saliendo. Obviamente no le íbamos a dejar usar nuestras cuentas de correo. Y así de paso se abrió también una cuenta en google +, e incluso hizo sus pinitos abriendo su propio blog. Pero es inconstante y disperso.


Fuera de casa, caza, liga o lo intenta, se pelea y se vive como cualquier gato silvestre más. Y a los peligros del siglo pasado, perros, carreteras, garrapatas etc.… Se unen los del presente. El más temido la asociación local de amigos de los gatos, que a más de alimentarlos les ponen trampas para capturarlos y esterilizarlos, castrarlos. Por supuesto hemos tenido de nuevo que recurrir a la tecnología para minimizar estas prácticas eugenésicas.

El veterinario le inyecto un chip identificador. A sabiendas de que cualquier galeno gatuno oficial está obligado a leerlo antes de proceder a operar-amputar. En el chip están nuestros móviles y nos deberían llamar ipso facto. En fin, seguimos innovando con la tecnología y Mus, el gato, se está erigiendo en un pionero de la internet de los gatos.

Pero éste, el yo digital, es un blog de emociones digitales. Que hemos ganado con un gato telemático. Pues un mayor cariño y cercanía con nuestro felino que refuerza nuestros vínculos, Es más este contacto distante y anónimo es en cierta forma muy gatuno. Incluso estando de vacaciones con un océano de por medio hemos estado en contacto viéndole por la cámara. Por supuesto hay ventajas adicionales en cuanto a seguridad, por ejemplo, también grabaríamos a cualquier ladrón inesperado.

Y por qué no geolocalizarlo y ver dónde se ubica en cada momento. Por favor, esté también es un blog sensible a la privacidad e intimidad, incluso la gatuna. Quizá por eso Mus, el gato, aún no ha abierto cuenta en Facebook.

Fdo: elgatofelino