Quién me iba a decir a mí que en el Siglo XXI íbamos a tener miedo a la información.

Quién me iba a decir a mí cuando lanzamos el YO DIGITAL que habría un momento en que todos seríamos digitales. Ahora si que parece verdad el lema de este blog. “Existo, luego estoy en la red”. Lástima, solo veo a mis colegas por videoconferencia. Maldito coronavirus.

Pero a lo que vamos.

 

Quien me iba a decir cuando empezamos que además de concienciar de nuestra intimidad, privacidad, nuestras identidades en la red, fortalecer nuestra reputación digital, … tendríamos que enfrentarnos al miedo a la información.

 

Desde el 2007 que empezamos todo ha evolucionado. Por ejemplo, los bulos, las fakes, y soy muy consciente. Pero cuando el acceso a la información es prácticamente un derecho universal, cuando es más fácil acceder vía internet a los datos que comprarte un libro, cuando todo el mundo tiene un móvil con acceso a la red, … Es cuando en una situación de miedo, ¿pánico? oigo decir que se debe limitar la información.

Y se admiten políticas restrictivas.

Quien me iba a decir que por miedo o vagancia íbamos a delegar saber si una noticia era cierta o no. Como somos tan vagos de retransmitir noticias sin saber si son ciertas y delegar en entidades que decidan si son veraces o no. Estaría bien que el gato tuviese un cascabel, pero quién se lo pone. Y quién decide al que se lo pone.

¿Nos fiamos del Fact check Explorer de Google y de las compañías verificadoras de información? Bueno, la verdad es que lo poco que lo he utilizado nunca me ha sacado de dudas. Y tampoco me fio de Google, recuerdo cuando su Chief dijo eso de “Sólo los malhechores se deberían preocupar de la privacidad de la red”.

 

¿Y quien se fía de Facebook? Que propagó bulos, vendió nuestra privacidad, y comercializa con nuestros metadatos. Por cierto, que ahora a hecho la modificación más visible para evitar bulos. WhatsApp, no permite retransmitir informaciones a varios grupos a la vez. Bravo. La primera vez que veo que una empresa americana orientada al cliente hace algo que el cliente no le pidió. Claro que algunos de mis allegados lo justifican para no verse sobrepasados por información basura, excusas y vagancia de nuevo. Que estamos en el siglo XXI y somos listos, o deberíamos intentarlo.

Además, en mi país España sigo viendo cosas que hubiesen resultado alucinantes hace un año:

¿Vagancia o miedo? Ésta si es otra crisis cuando las preguntas o los comentarios son más importantes que los contenidos. No seamos vagos, no tengamos miedo.

Fdo: elgatofelino