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Comenzaremos reproduciendo un comentario que la escritora Jane Austen pone en boca de Fanny, una de las protagonistas de su novela «Mansfield Park»:

«¡Qué cosa tan asombrosa, la acción del tiempo y los cambios del pensamiento humanos!. Si alguna de las cualidades de nuestra naturaleza puede considerarse más maravillosa que las demás, yo creo que es la memoria. Parece haber algo más incomprensible en el poder, los fracasos, en las irregularidades de la memoria, que en cualquier otro aspecto de nuestra inteligencia. La memoria es a veces tan fiel, tan servicial, tan obediente y. otras, tan veleidosa, tan austera… y otras aún, tan tiránica e ingobernable. Somos un milagro en todos los aspectos, pero nuestra capacidad para recordar y de olvidar me parece algo particularmente insondable»

En fragmentos como este Jane Austen sobrepasa el etiquetado de escritora de novelas de amor mostrándose como una sensible y sutil psicóloga. Como Rhomer, el director de cine francés, destierra de sus guiones enfermedades, guerras y demás desgracias. Los personajes están de vacaciones, y las vacaciones son el ambiente propicio para penetrar en el drama, en el movimiento de la mente.

Al darse cuenta de las dos caras de la memoria -la que nos maravilla y la que nos falla, la que nos guía y la que nos engaña- sus reflexiones nos sirven para introducir un libro muy interesante de reciente publicación:

LOS PECADOS DE LA MEMORIA

Daniel Schacter

2007; Barcelona Ariel

En este libro se analizan los siete pecados/errores que comete la memoria humana:

– Por omisión: TRANSITORIEDAD (el efecto del paso del tiempo), DISTRACTIBILIDAD (el efecto de la falta de atención tanto al grabar como al recuperar información) y BLOQUEO (el efecto «tenerlo en la punta de la lengua»)

– Por comisión: ATRIBUCIÓN ERRÓNEA (p.e. un testigo puede atribuir un asesinato a alguien que no lo ha cometido), SUGESTIBILIDAD, PROPENSIÓN  (el efecto de las creencias, sentimientos… sobre cuánto y cómo se recuerda) y PERSISTENCIA (los recuerdos que querríamos olvidar y no podemos).

La paradoja sobre lo que os invito a reflexionar es que estos errores son idiosincráticos del funcionamiento de la memoria humana. Indispensables, imprescindibles. Según Schacter, su función es la de dar sentido, coherencia, a la experiencia del sujeto.

Ante estos planteamientos tan interesantes, me pregunto y os pregunto:

– ¿DEBE EL YO DIGITAL COMETER LOS MISMOS PECADOS?

– ¿PODEMOS ANTICIPAR QUE, DADA SU DINÁMICA DE SIMULACIÓN DE LA MEMORIA HUMANA, LOS VA A COMETER?,

– ¿PODRÍA SER, POR EL CONTRARIO, UNA DE LAS ARMAS DEL YO DIGITAL EL ALERTARNOS ANTES DE COMETER ESTOS PECADOS INCONSCIENTES?….