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¿Cuáles son tus hobbies?: Leer, escuchar música, hacer deporte…

En nuestra sociedad la música se ubica mayoritariamente en nuestros espacios de ocio. Escuchamos música para relajarnos, para activarnos, en el coche, en las fiestas… Algunas personas ponen música de fondo en sus sesiones de trabajo. Otras muestran una especial aficción que les lleva a asistir con regularidad a conciertos. Sólo una minoría aprende a tocar instrumentos como hobby o dedicándose a ello profesionalmente. No consideramos que la música desempeñe un papel crucial en nuestros procesos de resolución de problemas ni de toma de decisiones. El lenguaje, el pensamiento, la memoria… sí son indispensables. Pero la música nos resulta  más parecida a un juguete que nos hace bailar, a un "masaje mental" que necesitamos de vez en cuando para sentirnos bien.

En el ámbito científico se reproduce esta situación de infravaloración. De hecho, no existen en la actualidad modelos explicativos sobre el origen y las funciones cognitivas de la música. Por ello resulta tan interesante el libro de Steven Mithen:

"Los neandertales cantaban rap: Los orígenes de la música y el lenguaje" (Crítica, 2007)

En el se desarrolla una interesante teoría sobre el papel de la música en el desarrollo de la especie humana que resalta nuestra naturaleza de "yoes musicales" . Esta naturaleza se ha respetado en el diseño del Yo Digital abriendo sugerentes posibilidades de explotarla al máximo.

Comencemos con una breve reseña del libro. Imaginémosnos a nuestros ancestros con los rudimentarios sistemas de pensamiento que les permitieron diseñar utensilios de piedra optimizando así la obtención de alimentos. Pero no nos los imaginemos sólos y en silencio. Mithen nos pide que nos recreemos en imagénes grupales y muy muy ruidosas. Los sistemas de comunicación previos al lenguaje se servían simultáneamente de códigos visuales (expresiones emocionales, gestos manuales y corporales) y de códigos auditivos: vocalizaciones y cualquier tipo de sonido (p.e. el sonido de una piedra contra otra, de los pies al pisar las hojas….). Este protolenguaje no servía para tranmitir información sobre el mundo sino para influir en el estado emocional del otro. Si un cazador divisaba un animal peligroso no podía comunicar a sus compañeros que venía un león muy grande con muy malas pulgas y que lo mejor era salir pitando. Lo único que podía hacer era transmitir su miedo, contagiar su estado emocional a través del terror que se podía leer en su cara, en sus movimientos y en sus gritos, generando así una reacción conjunta de huida. Si conseguían sobrevivir, es muy probable que lo celebraran en la noche, en torno al fuego, fundiéndose en un estado de euforia con vocalizaciones, sonidos y bailes rítmicos.

De todo este protolenguaje emocional las vocalizaciones experimentaron un mayor desarrollo tanto en capacidad combinatoria como en capacidad referencial. Se dice que el factor decisivo para llegar al Homo Sapiens fue la emergencia de un lenguaje gramatical y con capacidad para comentar, explicar e incluso inventar un mundo.

¿Desapareció la comunicación emocional cuando el cazador pudo producir una frase del tipo:"¡Cuidado!, vámonos de aquí porque acabo de ver a un león macho hambriento y es mejor que nos escondamos en la cueva del camino de las zarzas"?. Según Mithen no sólo no desapareció sino que la comunicación emocional, tal como la hemos descrito más arriba pero liberada de la demanda referencial, dió lugar a LA MÚSICA.

La música como el lenguaje de la emoción

El lenguaje también se llevó recursos para expresar la emoción: los rasgos suprasegmentales (entonación, acentuación…) y el acompañamiento facial y manual. Pero quedaron todos ellos muy superditados a la nueva función de portavoces del mundo externo. Por ello la música pudo crecer en torno al fascinante mundo interno y de ahí le vienen sus propiedades: la de cambiar el estado emocional de una persona, la de provocar un estado emocional compartido en un grupo de personas, la de transmitir experiencias inasibles desde la racionalidad…

Si la música proviene del mismo tronco evolutivo que el  lenguaje también estará, como éste, imbricada en la génesis de nuestra especie, en su genoma, en sus entornos prototípicos de desarrollo. Aunque cuesta más verlo en una sociedad como la nuestra, es manifiesto el espacio que tiene la música en comunidades como, por ejemplo, la gitana de cuyos miembros se dice que "han mamado el flamenco" o que " aprendieron a bailar/cantar antes que a andar/hablar". Según el autor, es una pena haber perdido este protagonismo de la música. Para nosotros también resultan envidiables las habilidades musicales de los niños gitanos.

Música en el YO DIGITAL

El YO DIGITAL tendrá música y nos aportará las ventajas que para nuestra mente tiene su empleo en:

– La descripción consciente del estado emocional desde el que voy a arrancar mi actividad mental y así poder considerar si es o no es el idóneo

– La posibilidad de cambiar el estado emocional en el que estoy con una pieza musical incompatible

– La posibilidad de amplificar el estado emocional en el que estoy con una pieza musical compatible

– La posibilidad de alterar o de compartir el estado emocional de otros yoes digitales

– El establecimiento de un rastro musical en mi vida, en mi red social y en mis mapas emocionales

– La posibilidad de optimizar mi memoria siguiendo ese rastro….

Cuanto más musical, más emocional y MÁS VIVO.