Comienzo una nueva vida, y lo hago en otoño, como es de ley.
Las relaciones estables tienen una alta probabilidad de haber comenzado en
otoño. Las que comienzan al principio de verano suelen ser fútiles. Quizá es
por eso que en otoño empiezan las nuevas etapas, desde el colegio, hasta las
colecciones por fascículos de las revistas. La naturaleza también ayuda y es cuando mejor cocina hay, legumbres, setas, frutos secos, …

Otoño

 

Comienzo una nueva vida, y será una nueva vida para vivirla
en la red
. He cambiado de trabajo, de especialidad dentro del trabajo, he leído
el proyecto de fin de máster sobre el Yo Digital, y voy a comenzar una tesis
sobre el Yo Digital. No solo voy a cambiar la ubicación donde trabajo sino de hábitos
alimenticios, antes comía en el comedor del curro, voy a cambiar mis procesos
mentales y de trabajos para adaptarlos a vivir en la red. Me estoy deshaciendo
de multitud de objetos físicos, que no tienen sentido en mi nueva ocupación, y
que al ser físicos y de papel ocupaban demasiado para un trabajo del siglo XXI.
(Cuanto voy a echar de menos el despacho). Mis ex colegas están preocupados por
vivir en la nube, el cloud, que es lo que se lleva, pero yo prefiero vivir en
la red. Allá ellos.

 

Cyborg fantasyDicho así parece fácil e incluso bonito, pero yo al menos no
comprendía el ingente esfuerzo que me va a representar, hasta que empecé a dar
los primeros pasos. Siempre he sido un teórico del Yo Digital, que no es
físico, y que se nutre de identidades digitales, por lo que creí que las
llevaba bastante bien ordenaditas. Craso error. El primer toque de atención me
lo lleve hace unos meses cuando decidí cambiar de banco. Cambiar algo más
físico como la cuenta a la que hacer los cargos es algo relativamente fácil.
Entrar a la web de cada proveedor, luz, gas, teléfono, … para gestionarlas
todas digitalmente, un suplicio. Y es que realmente como siempre hemos abogado
desde este blog,  el tema de la identidad digital no está resuelto. Afortunadamente
tuve una visión, y cambie la cuenta de correo asociada a cada factura por una
que no me ligaba ni al trabajo, ni a un proveedor concreto de internet. Un éxito.
Al menos creo que ya no me llegarán notificaciones a la cuenta de mi anterior
trabajo, y por supuesto me siento más libre para cambiar de proveedor de
internet. Los bancos aun no mandan extractos al facebook y sería una idea. Aunque siempre he apostado por diluir la frontera entre lo personal,
lo laboral, y el ocio, …no me cabe ya la menor duda de que hay que hacerlo con
orden. Al trabajo el mail que es del trabajo, al personal el que es personal, y
el resto a discreción.

 

Hace tiempo ya comenté con un amigo que para tener distintas
personalidades en
Androide la vida digital, que suele ser bastante real, bastaba con tener
distintos números de móvil y asociados con ellos, distintas direcciones de
correos, y distintos identificadores de redes sociales en Facebook, tuenti, …

 

De todas las relaciones digitales, las que me resultan más difícil
de romper son las relacionadas con el trabajo, precisamente porqué en gran
medida estaban relacionadas con quién era en mi trabajo, en lugar a quién
realmente soy como ser digital. No volverá a suceder.

 

Y otra conclusión que también saco, y parafraseando a Scarlett
O’Hara, la de “A dios pongo por testigo que no volveré a pasar hambre”.
  

Gon with the wind

Juro que si vuelvo a cambiar de curro no me llevaré ni un
solo papel.

elgatofelino