Ando buscando diferencias entre el mundo digital y sus interacciones, mi yo digital, y mi yo biológico y sus formas de comunicación. Especialmente presto atención en el tintado emocional de los recuerdos, algo innato en cada recuerdo personal que tengo, y algo de lo que adolece cualquier fotografía en los distintos repositorios digitales. Por ejemplo si quisiese rememorar mi primer beso con lengua me vendría a la memoria el montón de sensaciones extrañas y contrapuestas que sentí en la oscuridad de aquel cine. Mientras que en el mundo digital prácticamente me es imposible guardar más allá de la imagen de la foto, el video, o el sonido de la canción, y en el fondo de todo ello, en los casos especialmente emotivos, vale más el envoltorio emocional del recuerdo que la imagen en si misma.
Estoy analizando y clasificando las distintas diferencias entre los dos mundos y me asaltan un montón de preguntas. Qué hacer cuando lo tenga claro. ¿Incorporar estas carencias emocionales al mundo digital? O simplemente ser consciente de ellas y seguir aprendiendo a interactuar en un mundo digital siempre extraño. (O al menos que evoluciona mucho más rápidamente que yo).

  • Evidentemente no puedo obviar esta realidad, sería como resistirme en su momento a usar calzado, a pesar de que por generaciones nuestra especie anduvo descalza. Y no sólo por ser moderno, sino porque es útil.
  • Adaptarme sin más a los nuevos usos, pues no. No quiero obviar todo el bagaje emocional con el que he llegado hasta aquí, y que ha debido ser interesante puesto que me considero relativamente feliz y equilibrado. Zapatos sí, pero sin tacón de aguja.
  • Entonces sólo me queda el remedio de seguir aprendiendo e incorporando en lo posible mis vivencias, ¿Es esto posible?

Al parecer si y no importa tanto ni la edad ni las aptitudes como la voluntad y perseverancia. Lo cual es magnífico puesto que si así fuere nadie estaría excluido de esta evolución. Además El aprendizaje transforma el cerebro (Scholz, Jan y Klein, Miriam). En este artículo de mente y cerebro se detallan diversos experimentos según los cuales las distintas personas sujetas a procesos de aprendizaje, como hacer juegos malabares, al cabo de varias semanas lograban modificar su estructura cerebral, tanto en la materia gris, como en las conexiones entre las distintas neuronas, materia blanca. Estas variaciones se constatan mediante técnicas de tomografía por resonancia magnética.
Y efectivamente, el encéfalo no es una estructura estática sino que se adapta sin cesar a las condiciones del entorno. Además aquellos engrosamientos debido a aprendizajes particulares perduran con el tiempo. Según se revelo mediantes estudios tomográficos a personas que estudiaron piano, aunque con el tiempo dejaron de practicarlo.
Y las nuevas generaciones. Pues tendrán que aprender desde el principio, pues no creo que está musculatura cerebral se trasmita de padres a hijos, lo cual es bueno, así cada cual que aprenda el entorno digital que le toque. Y por el camino espero que no se pierdan habilidades tan antiquísimas como contar cuentos, aunque siempre quedará la solución de leerlos, aunque sea de un blog. Es lo que toca.