Vallekas, navidad de 2011, más allá de las doce de las noche, acabo de dejar a parte de la familia en casa tras la cena de nochebuena y como todos los años no puedo reprimirme y doy unas cuantas  vueltas en coche por mi antiguo barrio. Cuando recuerdos y emociones, además este año con la crisis, sin iluminación de navidad está más autentico. Cuando ha cambiado y cuanto sigue igual. Cuantos amig@s estaban por estos rincones, y todos estos recuerdos y emociones se perderán. (De hecho sólo recuerdo los que recuerdo).  Ya decíamos cuando iniciamos el yo digital: Lo que no está en la red no existe, y mi generación esta a caballo, media vida sin red y otra con ella.

Pero ¿cómo será la vida cuando no exista el olvido? Si estructuramos un poco la pregunta, podríamos distinguir entre los recuerdos, las imágenes, los lugares, … y las relaciones,  es decir todo aquello que fotografiamos, grabamos,  y que luego nunca vemos, y las personas con las que tratamos y nos relacionamos. No me cabe la menor duda que en pocos años todos tendremos un Yo digital que sea capaz de ordenar y recuperar emocionalmente los recuerdos que tenemos en formato digital.

Y en cuanto a nuestras relaciones, pues también. Aunque ahora estén perdidas por facebook, msn, tuenti, … como todos sufrimos en algún momento ataques de nostalgia aparecerán buscadores que nos pinten la red social de cada momento de nuestra historia. Tengo claro que la búsqueda de amigos de colegio de la época pre redes sociales y  que mucha gente hace artesanalmente se hará de manera automática, ergonómica, y formará parte de nuestro yo digital  futuro. Como todo el mundo lo demandará existirán estos buscadores, y serán pseudo gratis. «sólo a cambio de conocer nuestra red«. Entonces ¿no habrá olvido?
Porque si algo también tengo claro es que cada vez más nuestras amistades lo serán sin comparten nuestras redes sociales. No me imagino a ningún adolescente que tenga un/una novieta noviete  y que no vayan compartiendo según se intime, red social y teléfono móvil. Y aunque se pueda cambiar de número móvil la impronta en la red social no hay quién la borre.
Qué pena me da haber perdido en el camino a tantos amig@s, pero menos mal que olvide a algunas, pues sino seguiría cayendo en los mismos errores, con la misma gente y para bien o para mal no hubiese evolucionado. Pero ¿cómo será el mañana  cuando se tenga acceso a todas las relaciones que hemos vivido? Y además podamos evocar los recuerdos comunes que compartimos, es decir, nos traigamos el contexto de aquella relación en la red social de moda de aquel entonces.
Bueno eso es el futuro y no me preocupa mucho, máxime porque en todo futuro se vivirá en un presente, y en ese presente solo podremos abarcar el número finito de cosas que nuestro intelecto permita. Pero menudos ataques de sorpresa y nostalgia nos esperan.