En el siguiente párrafo de la novela La elegancia del erizo se hace un planteamiento filosófico-literario estrechamente relacionado con el núcleo del diseño del Yo Digital:
"Si pongo música por la mañana tampoco es que la razón sea muy original: lo hago porque determina el tono del día. Es muy sencillo y, a la vez, muy complicado de explicar: creo que podemos elegir nuestros estados de ánimo porque poseemos una consciencia con varios estratos y tenemos la manera de acceder a ellos. Por ejemplo. para escribir una idea profunda, tengo que ponerme a mí misma en un estrato muy especial, si no, no me vienen las ideas y las palabras a la cabeza. Tengo que olvidarme de mi misma y a la vez estar super-concentrada. Pero no es cuestión de voluntad, es un mecanismo que se puede accionar o no, como rascarse la nariz o hacer una voltereta para atrás" (La elegancia del erizo. Muriel Barbery. Pp. 170).