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La emoción puede penetrar en el yo digital a través de los colores. La posibilidad de colorear aproxima la identidad digital a la biológica. Sobre todo si coloreamos en rojo.

En la paleta cromática de la naturaleza el color rojo destaca por su intensidad comunicativa:

 "Los hongos rojos, las mariquitas rojas, las amapolas rojas, son peligrosos si se ingieren; pero los tomates rojos, las fresas rojas, las manzanas rojas son buenas. La boca abierta de un mono agresivo es amenazadora, pero las nalgas rojas de una hembra sexualmente receptiva son atrayentes. Las mejillas sonrojadas de un hombre o de una mujer pueden ser indicio de cólera, pero también de placer. Así pues, el color rojo, por sí mismo, no puede hacer más que alertar al espectador, prepararlo para recibir un mensaje potencialmente importante; el contenido de este mensaje se interpretará solo cuando se haya definido el contexto de la rojedad"

(The colour currency of nature: En capítulo 12 de Conciousness Regained, N. Humphrey, Oxford University Press, Oxford, 1984)

Describiéndolo a partir de los parámetros emocionales que incluimos en el Yo Digital, el color rojo es un índice de nivel de activación sin valencia afectiva. Intensifica tanto lo placentero como lo aversivo.

El rojo posee, además, un significado especial para las personas:

-Altera el ritmo cardíaco y la actividad cerebral

-Ocupa un lugar privilegiado en los sistemas cromáticos de todas las sociedades

-Cuando una lesión cerebral daña la visión del color, el rojo es el que más tardamos en perder y el que antes recobramos

(El origen del lenguaje: En capítulo 16 de Los orígenes de la música y el lenguaje, Steven Mithen, Barcelona, Crítica. 2007)

 

¿QUÉ PARTE DE TU VIDA DIGITAL COLOREARÍAS DE ROJO?