Qué difícil es escribir en el blog mientras se pedalea en bici por las pedregosas cuestas de Guadarrama. Difícil no, imposible, pero sin embargo que necesario y que privilegio es abstraerse paseando por el bosque.
Existen multitud de estudios que resaltan la importancia del contacto con la naturaleza y como está favorece nuestra capacidad de concentración y recuperación, tanto psíquica como física. Tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos se constató  un aumento de las visitas a los parques nacionales.  Por qué digo esto, pues porque cuando empecé con el Yo digital era algo que veía muy alejado de lo natural, entonces la red estaba detrás de un teclado y una pantalla. Ahora ya no es así, y cada vez hay más dispositivos que te permiten interactuar casi en tiempo real y trasvasar tus vivencias al mundo digital.
Probablemente sean los smartphones quienes más hayan contribuido. Puedes compartir tus fotos, videos, decir al resto del mundo tu localización, e incluso si haces deporte publicar tu recorrido, tus tiempos, pulsaciones, … Pero aun no puedes registrar ni publicar tus emociones. Al menos eso es lo que pensaba mientras subía la cuesta de la Peñota. Por ejemplo al jadear entre robles y fresnos me llego el aroma dulzón de una higuera, pero no pude mirar para buscarla porque las fuerzas no daban para más. El sol era brillante y como decía Machado conversaba con el hombre que siempre va conmigo. Una suerte estar aquí pedaleando y no bajo el sol abrasador de Córdoba. Estas y otras sensaciones no se pueden trasvasar de modo automático a la red. Las puedes memorizar, y luego transcribirlas pero pierden el encanto de directo.
Es por ello que aun veo naturaleza y red en dos planos insolubles. ¿Es esto bueno? Que necesitamos sumergirnos en la naturaleza parece innegable. El termino de  biofilia acuñado por Edward Osborne Wilson se refiere a  nuestro sentido de conexión con la naturaleza y con otras formas de vida Estudios como los de Jolanda Maas del instituto EMGO de salud y Asistencia de Amsterdam, por ejemplo, parecen demostrarlo.
¿Podemos substituir la naturaleza por imágenes virtuales, salvapantallas, sonidos campestres, etc…? Si, siempre mejor que nada. El psicólogo Peter Kahn de la universidad de Washington comparó efectos de naturaleza real, con virtual y otros ambientes neutros. Y en el caso de ambientes naturales virtuales los logros mejoraban con respecto a los escenarios neutros aunque quedaban por detrás de los naturales autenticos.
Ergo creo que es necesario sumergirte en la naturaleza. Cómo mi habitat es urbanita y pegado a la red, nube o como lo queramos llamar al menos intentaré recrear bellos ambientes naturales para combatir el estrés. Y además seguiré indagando como poder enriquecer emocionalmente mi Yo Digital pero para una vez que esté en el monte intentaré olvidarme de la red para disfrutar de la naturaleza. (Aunque seguiré llevándome mi navaja como se ha hecho siempre, y mi Smartphone por lo que pueda pasar)