Era un día normal de trabajo y descubrí que había metido la pata hasta la ingle. Los datos estaban mal y las conclusiones sobre ellos erróneas. Así, que respiré hondo, me puse los cascos para aislarme, elegí música (Vangelis, Portraits,  sin apenas letras y que me ayuda a abstraerme), me aislé, me concentré y comencé a rehacer el entuerto.

Mientras tanto en la pantalla del ordenador aparecían ventanitas del twitter, del Facebook, y algún que otro whatsapp en el móvil con alguna foto sugerente. Cuando resolví el problema, me quite los cascos y vi a mis compañeros dialogando acaloradamente.

-¿Algún cotilleo? ¿Algo de índole sexual? Pregunté.

Pero no, estaban discutiendo como hacer el salmón marinado. Desilusión.

Descubrí que necesitaba una historia, una narración, algún cotilleo. Hasta ese momento todo habían sido datos, y en las distintas redes sociales a las que estaba conectado también. Las narraciones son fundamentales en todas las civilizaciones, los psicólogos y neurólogos están fascinados con nuestra predilección para disfrutar de una buena historia, pero ¿son las redes sociales actuales el mejor vehículo para contarlas? (Evidentemente mi ambiente de trabajo habitual no).

Los niños desde los cuatro años somos capaces de otorgar capacidad de pensamiento a otros entes. Los psicólogos Frits Heider y Mary Ann Simmel realizaron el siguiente experimento. Mostraron un par de triángulos y un círculo moviéndose alrededor de un cuadrado. A la hora preguntar a los probandos que estaba sucediendo, se solía explicar como si la  escena tuviese intenciones o motivaciones. Los triángulos persiguen al círculo.

¿Está tendencia  a la ficción está en consonancia con la evolución del pensamiento científico? ¿Deberíamos erradicarla? Steven Pinker argumenta que las historias son herramientas para aprender y desarrollar relaciones con otros en un grupo social.

Más estudios, éste de Keith Oatley en él se insinúa la relación entre la capacidad para disfrutar de narraciones y destrezas sociales como la empatía. ¿Qué fue primero la capacidad para la narrativa y así mejorar la empatía? o al revés, los sujetos más empáticos demandan mayores y mejores historias de ficción.

Pero sin embargo ¿Es  la red es el conducto para articular construcciones narrativas en sólo 30 segundos? (Máximo tiempo que le dedico a un video) Más nos vale. El estudio de Jennifer Edson Escalas, 2007, descubre que respondemos más positivamente a los anuncios con formato narrativo que a aquellos directos que nos animan a pensar en las beldades del producto. Es más Melannie C Green  en 2006 argumenta que etiquetar una información como un hecho aumenta el análisis crítico,  al contrario de si la información viene en formato de ficción.

Uno de los objetivos de este blog es resaltar las diferencias del actual mundo digital con el natural en el que aun vivimos. (O al revés) Para ello resaltamos la importancia de las emociones y las carencias a la hora de trasmitirlas intuitivamente por nuestro yo digital, y por lo anterior parece que se echan en falta esos relatos en las redes sociales. Ergo la próxima vez no me mandes sólo la foto de tu nueva chica en Facebook. Cuéntame un cuento.