Tiempo ha, decidimos estudiar posibles comportamientos digitales, y lo primero que hicimos fue analizar las diferencias entre la vida digital y la “analógica”. Resumimos a modo de comienzo las siguientes como las más obvias. (Ver Ya nada es eterno, espero.)

Comunicación en Red Comunicación tradicional
Componente no Verbal No existe Existe y es muy importante
Contexto Se pierde Unido a la comunicación
Número de Personalidades Muchas y muy variadas, Necesidad de herramientas para gestionarlas adecuadamente Depende de nuestra idiosincrasia. Se manejan intuitivamente.

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Pero la vida digital evoluciona que da gusto, y me resultan más obvias unas y otras se me aparecen más difusas. Por ejemplo, el componente no verbal sigue sin existir, pero cada vez es más intuible el humor de quién twittea, o el estado de con quién chateamos. Ya sea por los emoticonos, por el mensaje personalizado del día. Con avatares gestuales de dentro de un par de versiones esto mejorará mucho, claro que aun no se podrá comparar con el mirar a la cara a quién te miente, o a los ojos de tu futura pareja que desdicen lo que dicen sus palabras mientras su pose te desconcierta aun más.

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El contexto se sigue perdiendo en la vida digital y de hecho una de las labores más arduas del proyecto del yo digital era como preservarlo, máxime para luego dar coherencia a las distintas personalidades que adoptabas, ante determinados interlocutores, en un contexto dado.
Pero luego observo más diferencias aun, que pensaba que me eran ajenas pero que cada vez más adopto, o quizá que ya tenía de serie. Por ejemplo me hace gracia que ningún adolescente sea capaz de haber oído un LP, CD entero, es más, supongo que sólo las canciones más relevantes, es más, a veces pienso que sólo es estribillo. Claro que luego lo analizo mejor y no sólo no es cierto sino que yo adolezco del mismo defecto aunque nunca reconocido. Ver la paja en ojo ajeno … Por ejemplo, soy incapaz de ver en televisión ninguna película que no haya visto antes. Con la falta de tiempo libre que tengo como para invertir dos horas en ver la tele, que tenga que dejar la peli a medias y que me estuviese gustando. (Caso más desfavorable a la vez que improbable dada la calidad y novedad de nuestras TVs). Supongo que el caso de mis adolescentes más cercanos les pasa algo similar, con el montón de canciones, videos, etc… pasemos al siguiente.
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Ya sea por abundancia de oferta, o por escasez de tiempo, el resultado es el mismo, nunca se concluye con la obra entera, solo con la parte comercial de la misma. Es esto nuevo, o la vida digital lo ha acentuado. Mirándome retrospectivamente, aun considerándome bastante indolente, creo que siempre hemos sido así y esta época digital lo acentúa. Por ejemplo, quién recuerda el otoño de Vivaldi, yo al menos ahora sólo la primavera, y especialmente su parte álgida.
En otra trampa que he caído en este mundo digital es la del tiempo compartido. El hecho de ir por el mundo analógico pegado a mi ventana digital, este tablet desde el que escribo estas ideas, me hace diluirme en un montón de cosas en los microtiempos muertos. Por ejemplo me acaba de llegar un correo suplicándome una invitación al google wave y he estado a punto de desviarme de mi objetivo, concluir este post. Esta vez lo he resistido, quizá por hacerme un poco el duro con la invitación, pero casi nunca lo consigo. Máxime ahora que he empezado a ir a un máster. Lo que pensaba que era una ventaja, escribir en el tablet y estar conectado al mundo digital se está volviendo en una distracción increíble, claro que al menos el otro día en una clase un pelín peñazo al menos vi como perdía Verdasco con Del Potro. Antaño, cuando iba a clase aprovechaba mejor el tiempo, y me evitaba los sinsabores del real time.
En fin, que me vuelvo digital y me diluyo. Help me, decidme que otras diferencias veis de esta transición del analógico al digital. Aparte de estas que podríamos llamar de tiempo digital compartido y la anterior de no profundizar en los contenidos digitales claro está.
Sin embargo aun me queda la esperanza o la limitación de que para las cosas importantes no nos distraemos, los estrenos los vemos en el cine, en el máster hacemos los exámenes sin pensar en otra cosa, al igual que cuando hacemos el amor con nuestra pareja (bueno si aquí también desvariamos, no es achacable a la vida digital)

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