Teníamos nuevo ejecutivo, la reorga se materializó con un desconocido en la empresa, estupendo salvia fresca y sin contaminar. Nos lanzamos todos a buscar quién era y que había hecho, y nos enredamos en lo que decía y cómo lo decía, en sus blogs, en su twitters,…. A las pocas semanas aterrizó en la empresa como elefante en cacharrería. Sus presentaciones sobre la nueva forma de ser/trabajar nos cautivaron, instauró herramientas de colaboración corporativa y nos ilusionamos todos. Luego fue pasando el tiempo y nada. ¿Qué pasó?
Desde luego dominaba bien el nuevo lenguaje, el que se quería oír. Pero es que el lenguaje nos condiciona en cierta manera nuestra personalidad e influye en nuestro pensamiento. Lera Boroditsky y Caitlin Fausey publicaron diversos estudios entre 2010 y 2011 sobre la manera de percibir y relatar los mismos sucesos por sujetos anglosajones, japoneses y españoles. Así por ejemplo realizaron el siguiente experimento. En una sala de cine dos actores reventaron la función, a veces intencionadamente y otras por accidente. Los asistentes a la proyección explicaron el suceso e independientemente de lengua materna, recordaban con exactitud quién estropeó la proyección cuando se hizo a propósito. Sin embargo cuando el accidente se produjo de manera fortuita, japoneses y españoles no recordaban con el mismo rigor que los estadounidenses a los causantes del desaguisado. Al parecer el estadounidense medio atribuye con mayor facilidad la intención que japoneses y españoles.
En el caso extremo, si fortuitamente tiramos una taza de una mesa, un anglosajón diría, “Él tiro la taza” mientras que en japonés la forma verbal difiere en caso de que no haya propósito. “La taza se cayó por ella misma”, sería la traducción.
¿Pero qué ocurre cuando tenemos sujetos poliglotas? Pues puede que la personalidad cambie según la lengua que se use. Psicólogos de la universidad politécnica de Hong Kong así lo han publicado en el Personality and Social Psychology Bulleting. Two Languages, Two Personalities? Examining Language Effects on the Expression of Personality in a Bilingual Context


Estudiantes chinos nativos que hablaban inglés con fluidez se mostraban más extravertidos y abiertos conversando en inglés que en cantones. Este estudio sostiene que idioma que un individuo habla induce a adoptar rasgos de personalidad propios de la cultura asociada a la lengua usada o al colectivo que se dirige.
Volviendo al ejecutivo en cuestión que pudo haber sucedido. Quizá el explicarse usando las herramientas en red sea usar un nuevo lenguaje, y por ende lleve asociada una nueva cultura, más libre, más cooperativa, más tolerante, y haga aflorar una nueva personalidad acorde a estos valores. Si así fuere puede que también la red nos haga mejores. Que no se diga que no soy optimista. Claro que al final de toda burbuja siempre nos podemos refugiar en textos tan duros y pesimistas como los de la biblia, “por sus obras/frutos los conoceréis” Mateo 7, 15-20. Donde se da el consejo para distinguir a buenos de falsos profetas.