Se acaba el verano y la mejor forma de reflexionar sobre el Yo Digital es escribir en este blog. Unos de los objetivos  del mismo es concienciar y reflexionar sobre las similitudes y diferencias entre nuestra vida digital, nuestra comunicación en la red, y la forma tradicional y natural con que se venía haciendo hasta el siglo pasado cuando aun la red no estaba en el centro de nuestras vidas. Lo cierto es que pequeñas diferencias a priori producen cambios significativos, máxime si no somos conscientes, para muestra un botón, y ahí tenemos el caso de la concejala Olvido.

Ponemos énfasis y estamos cada vez más concienciados de nuestro derecho a la intimidad digital. De proteger nuestros datos personales, y en este sentido hay leyes que regulan el acceso y rectificación de los mismos. No somos tan conscientes de nuestra identidad digital, y por ende de la gestión de nuestra identidad digital, y desde luego seguimos sin tener herramientas que gestionen nuestras personalidades digitales.  (Nuestro Yodigital del trabajo, con los colegas, con los foros de internet,…)
En el mundo digital en red parece que tampoco somos tan conscientes del  concepto de confidencialidad. En el mundo natural cada vez que confiamos un secreto a una persona lo hacemos en función a la reputación de la misma y en la confianza de que esta no desvelará dicho secreto a terceras personas.  Dependiendo del secreto en cuestión la persona depositaria debería ser más confiable y así poder compartir más confidencias. En la red deberíamos funcionar con los mismos mecanismos, y en cierta manera se podrían mejorar. Por ejemplo, se podrían implementar mecanismos basados en protección de derechos digitales, de tal manera que solo los destinatarios del mensaje pudiesen descifrarlos, reproducirlos, y dependiendo del dispositivo, copiarlo. Esto como teoría está muy bien, y al menos pensar de esta manera nos conciencia de los problemas de confidencialidad en las comunicaciones digitales, es sólo una teoría puesto que para resolver el problema de la confidencialidad digital, antes hay que resolver el de la identidad digital, reputación digital, … y por supuesto que los DRM funcionen.   (Todos en la industria han sido crackeados). Supongo que las redes de contactos, tipo www.ashleymadison.com, tendrán este tema más desarrollado, pues la confidencialidad importa tanto o más que la identidad.

En el mundo digital una perdida en la confidencialidad, acrecienta los efectos indeseables. El caso de la concejala Olvido, así lo manifiesta notablemente. Velocidad de difusión, propagación viral frente al boca a boca. Veracidad del mensaje, video explicito vs explicaciones más o menos creíbles. Bien es cierto que este caso manifiesta una pésima gestión de la situación, a falta de sentido común hubiese sido necesario un experto en gestión de crisis en un asunto donde acaban confluyendo, sexo, política, e incluso futbol. El aspecto positivo del suceso es  que este caso habrá hecho más por concienciarnos de los peligros de la confidencialidad que infinidad de sesudas charlas al respecto.