Entramos el pasado jueves al sótano de Lavapiés para ensayar el repertorio de nuestra Big Band, y al salir nos encontramos en mitad de la batalla de los Ángeles del 92, o en la primavera árabe. Qué había pasado. Nos había explotado una post verdad.

Qué es una post verdad, una fake new, … ¿En qué época nos movemos? Aun sin saber quién acuñó el término, tomo como referencia la cita de Ángela Merkel para explicar la derrota de las elecciones de Berlín en 2016. “Últimamente vivimos en tiempos posfactuales. ….Ello seguramente significa que la gente no se interesa por los hechos, sino que obedece sólo a sus sentimientos

Es largamente estudiado por psicólogos que el ser humano tiene una aceptación segada de la realidad, admitiendo cómo más plausible aquello en lo que cree. Hay múltiples estudios sobre el sesgo y experimentos que lo confirman.  No en vano los humanos leemos la prensa afín a nuestras convicciones políticas y desdeñamos la opuesta. Lo que favorece la proliferación de las fake news  y dificulta su desenmascaramiento. Todo esto ha sucedido desde que el mundo es mundo pero ahora las redes sociales facilitan y amplifican esta vía de difusión y persuasión social. Su importancia y relevancia no es baladí, va desde su influjo en la elección de Trump, o su posible interferencia en el Brexit británico.

Por ejemplo

Los economistas Hunt Allcont y Mathew Gentzkow contabilizaron durante las elecciones de EEUU de 2016, más de 100 mentiras a favor de Donald Trump que fueron compartidas por los usuarios de Facebook unos 30 millones de veces. Según el estudio, las cerca de 40 noticias falsas que beneficiaban a Hillary Clinton apenas fueron compartidas en 8 millones de ocasiones. goes here

 

Michaela del Vicario estudio y publicó el modo de propagación de estas noticias en Facebook en Proceeding of the National Academy o Sciencies. Existen patrones de propagación similares independientes del grupo. Se divulgan y alcanzan su punto máximo de visitas a las dos horas. Y la mayor parte de las aportaciones circulan dentro de un grupo limitado y homogéneo. Las redes sociales fomentan el sesgo de confirmación que además entorpece discernir la falsedad de la fake news.

El sociólogo de la universidad de Cambridge Sander Van der Linden opina que la mayoría confiamos en la comunidad científica pero nos sentimos inseguros ante hechos aislados e informes anecdóticos lo que nos hace vulnerables y permite la propagación de estas noticias como un virus. Y habla y busca “vacunas psicológicas” para inmunizarnos de las fake news.

Lo que si es cierto es que en los sucesos de Lavapiés la noticia se difundió y explotó como un virus tipo Ébola, y aproximadamente tres horas habían estallado los disturbios, quema de contenedores, enfrentamientos,… Queriendo entender a posteriori lo que ocurrió pregunté a amigos y conocidos que noticias le habían enviado por las redes sociales sobre la muerte del mantero de Lavapiés, y tan sólo encontré la versión “sesgada”, bajo mi punto de vista, que recibió el hijo de mi vecina por las redes sociales. Es decir, yo estaba inmune por ser ajeno a la red social objetivo de esta post verdad. Cómo en la vida real misma, no entraba en el grupo de riesgo.

Como en la vida misma me preocupa más no estar en un sector de riesgo si no llevar una vida malsana. El robo de datos de 50 millones de usuarios de Facebook por parte de Cambrigde Analitica  es preocupante, pero para mí lo es más el conocimiento de nuestra red social individual. Y por ende cómo y de qué manera se pueden difundir las fake news para cada grupo. Me preocupan que se puedan políticas a medio y largo plazo en cada subred. Porque claro al final te fías de tus colegas que también están en la red. Si sumamos la información psicológica robada, más los grupos afines de la red a la que pertenecemos estamos abocados a ser manipulados a medio y largo plazo. Como poco.

 

Fdo: elgatofelino