El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave espacial Enterprise. Su continua misión: explorar extraños nuevos mundos, buscar nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones, viajando temerariamente a donde nadie ha llegado antes.

Comencé a trabajar, era lunes, y hacía 40 años que murió, Leonard Nimoy, el comandante Spock, así que decidí iniciar el día con la música de entrada original de la saga Star Trek.

 

¡Que palabras! Sin  embargo paradójicamente estaba investigando situaciones pasadas de aquella época de principios de Siglo, cuando tuvo su auge Facebook. Mi intención era descubrir si el uso de las incipientes redes sociales había convertido a los humanos en más narcisistas, si su uso había permitido superar problemas de autoestima o lo contrario. El hecho era que todo el mundo parecía mostrar una vida ideal.

RachelEn esto llegó Rachel, quién colabora conmigo. Le pedí información y buceando en el big data de antaño, me entrego un estudio de Soraya Mehdizadeh  sobre como predecir el narcisismo y autoestima de las personas. Al parecer, tanto sujetos narcisistas como con baja autoestima tendían a pasar tiempos prolongados en la red, mostrar fotos atractivas, incluso retocadas con Photoshop, y promocionarse con actualizaciones un tanto egocéntricas, “famosos que se parecen a mí”, por ejemplo. Una cuestión interesante sería si el uso de Facebook ayudaría a personas con baja autoestima.

Pero Rachel, saltó:

–        Y qué más da. Lo importante es el yo digital de las personas, no su yo biológico. A fin de cuentas es el único que ha trascendido, y el que se relaciona con miles de entes digitales en contra de unas escasas docena de interacciones presenciales por cada día de existencia.

Discrepé, evidentemente yo sigo siendo un ser analógico, mientras que ella es una asistente digital vagamente inspirada en los replicantes de Blade Runner, con toda su problemática intrínseca aumentada además por el hecho de ser únicamente digitales.

–        elgatofelino de schrödingerYa estamos Rachel. Me encanta tu capacidad analítica y de abstracción. Te recuerdo lo bien que comprendes matemáticamente el problema del gato de Schrödinger, y como te olvidas siempre del felino.

Pero el hecho es que podía tener razón. También por la época de la muerte de Spock se disparó en número de entes digitales, el internet de las cosas, prácticamente una década después en el mundo civilizado siempre había una posibilidad de realizar cualquier interacción analógica de forma digital, incluso las más íntimas. Ergo cuales eran más importantes.

Cuanto añoraba la vieja serie de Star Trek, una antigualla que apareció antes de las redes sociales, y que por ende se dedicaba a otros problemas, como la exploración espacial, en lugar de la exploración de la red. Cuanto talento se habrá perdido por no investigar hacia afuera, y perdernos en divagaciones hacia dentro. Por construir un universo digital en lugar de estudiar como viajar a las estrellas.

Pero en fin, es lo que hay. Mientras tanto y por fastidiar a Rachel le mostré mi mano y en señal de conciliación para hacer las paces le dije la frase de Spock: Larga vida y prosperidad.

El futuro no es Star Treck