Últimamente, cuando voy a conocer a alguien, mi primera impresión es digital. Y supongo que la primera impresión que doy también es digital. Glups. Evidentemente si sé que voy a conocer a alguien, lo busco en Facebook, google+, linkedin, etc… y no soy especialmente cotilla, o quizá también.
¿Cuánto tardamos en fórmanos una primera impresión? Esto da más miedo. En 2006, Janine Willis y Alexander Todorov de La Universidad de Pricenton, hicieron el siguiente estudio: presentaron a una variedad de personas fotografías de actores y les pidieron que describiesen su impresión, si eran confiables, receptivos, agresivos,… A una parte de los sujetos se les dio todo el tiempo que quisiesen, y a otros, 100, 500, y 1000 milisegundos. Si, efectivamente los resultados fueron los mismos. Eso sí, los que se tomaron más tiempos estaban más convencidos de su apreciación. ¿Algunos de los que han leído hasta aquí ha pensado ya en cambiar la foto de su perfil o currículo on-line?
El refranero popular nos dice que la primera impresión es la que prevalece, El marketing afirma que nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión y la psicología lo explica más científicamente con los distintos sesgos cognitivos y nuestros prejuicios sociales.
Curiosamente el ser humano tiene tendencia a reforzar esa primera impresión aunque posteriores informaciones apunten en sentido contrario. Hay multitud de experimentos que lo demuestran. Por ejemplo, en 2010 Natalie Wyler de la Universidad de Plymouth mostró la imagen de un joven calvo a los diversos sujetos de su estudio. A unos les dijo que era enfermo de cáncer y a otro un cabeza rapada. Evidentemente estos tomaron una imagen negativa de él. Posteriormente se les dio información positiva sobre el sujeto pero solo cambiaron su opinión conscientemente. En los test de asociación implícita, (La gente no siempre dice lo que piensa), le seguían considerando una persona hostil.
¿Y en el mundo digital? Pues creo que estamos peor.
Recuerdo mi primera (mala) entrevista presencial con un nuevo jefe (capullo) que tuve años atrás. Indefectiblemente de los logros, proyectos u opiniones que presentase su reacción era negativa. Luego intuí que probablemente se debió que me recomendó un director al que menospreciaba, (más prejuicios) y por extensión quedé catalogado en su mismo grupo. Así que quede postergado a mantener solo relaciones digitales con él. (Lo cual me evitaba su amable presencia, algo bueno tenía la situación) Pero en el mundo digital de una Telco, con un grado de estrés sobreañadido irreal y una carencia real de tiempo para sopesar correctamente toda información digital tengo la certeza de que apenas dedicó unos segundos a cada mail, sms, presentación o informe que le envié (de hecho algunos importantes ni llego a leérselos y así nos iba). Consecuencia, en el mundo digital sin una férrea disciplina es prácticamente imposible cambiar una primera errónea mala impresión.
De hecho ya no trabajamos juntos y aún sigo manteniendo que mi exjefe es un auténtico capullo.
Fdo: elgatofelino
