Decidir correctamente. El neurólogo Gerhard Roth recomienda. Pensar racionalmente en el problema, retrasar la decisión, y finalmente hacer caso a los sentimientos.

Vivimos en un mundo digital. Mantenemos la relación mediantes redes sociales, colgamos nuestras fotos y vivencias en ellas. Comentamos en twitter y avisamos a nuestros más allegados mediante whatapps de nuestro presente inmediato. Pero en este mundo digital se pierde el contacto emocional directo, ¿o no? Y la toma de decisiones, ¿es ligeramente distinta?

Hagamos el siguiente experimento. Juguemos al mus con tres participantes automáticos. Con y contra la maquina. Yo seguramente empezaría a jugar matemáticamente al poco tiempo, tomaría decisiones en base únicamente a las cartas que tuviese y el tanteo del juego en cada momento. Perdería toda la información emocional circundante al juego, la cara de los participantes, sus tonos de voz, los tiempos de respuesta… Probablemente la toma de decisiones sería más simple, pero con las mismas jugadas y con participantes humanos las decisiones serían distintas.

 

Ahora en mi empresa estoy viendo desde la barrera un proceso complejo de decisión. Están involucrados amplios sectores de la misma, con distintos roles, distintas responsabilidades, y distintos objetivos. Me siento seguro acerca del resultado. Pienso que en gran medida los procesos de negocio y las hojas de cálculo que los sustentan son la excusa para reunirse y verse las caras para tomar luego la decisión más adecuada donde la experiencia y el factor emocional primaran a las hojas de Excel. (Siempre dentro del sentido común y con el beneficio añadido del compromiso entre sectores dispares).

Ergo es probable que aun la toma de decisiones basada en informaciones proporcionada por la red únicamente sea aun insuficiente. Por eso llegado el caso en decisiones complejas aun son necesarias reuniones presenciales, cara a cara. Probablemente para poner en valor esa componente inconsciente que rige nuestra existencia y que nos permite cambiar de postura o tomarnos en serio la relación con Conchi y no con Raquel.  Este es otro argumento más para dotar de factores emocionales a nuestro Yo Digital.

La sucesión de una tomas de decisiones erróneas nos ha llevado a la crisis actual. Cada vez se explica mejor el cómo y por qué hemos llegado hasta esta situación. A veces pienso que también pudo ayudar gente que sólo se apoyó en datos analíticos sin tener en cuenta el contexto emocional. Cuantas veces hemos sabido que una decisión era errónea a pesar que los datos de márgenes, recortes, previsiones, etc… apuntaban inequívocamente a tomarla.