La vida está en la red (también) y en los momentos más emotivos, echo en falta la red.Muerte Digital

  • En los más tontos. El viernes noche, oyendo música de los 80’s al calor de chimenea, con unas copas, en el Reciclaje, eché mano del Shazam para buscar la letra exacta de una canción. Afortunadamente o no, no había cobertura
  • En los más transcendentes. El sábado por la mañana cuando tuve que acompañar a un familiar al tanatorio.

En el mundo de pantalla de plasma en el que vivimos me llamo la atención que no hubiese ninguna en la estancia donde velábamos al difunto. Cuando me preguntaron porque la echaba de menos respondí que en mi velatorio colgaría aquellos recuerdos por los que quería ser recordado. Mis fotos, la de mis más queridos amigos, mis tristezas y alegrías. (Vamos que sería capaz hasta de colgar el gol de Iniesta y a todos abrazándonos y dando brincos de alegría). Además seguro que estos recuerdos daban pie a conversaciones al respecto del finado, en este caso de mí, y seguro que, se miraba más la pantalla digital que el icono de mi cuerpo biológico confinado en el ataúd. Ante la cara circunspecta de los presentes opte por dejar el tema, mimetizarme con el ambiente inerte y volverme invisible.Mi ataud?
Pero seguía pensando al respecto. Vamos, que incluso, si no fuese tan vago o me fuese a morir a corto plazo, diseñaría un Yo Digital Post Mortem por niveles de confidencialidad, y así a todo aquel que se acercase a donde me metiesen una vez finado le revelaría mi Yo (por Wifi local y para que lo reprodujese en su Smartphone). Por niveles, intimando más o menos según hubiésemos intimado en la otra vida.
pirámide digitalPensaba, que fácil es ahora construirte tu propia pirámide post morten, y además te puedes llevar también tus tesoros digitales contigo. (Desde las claves de tu música on-line, por ejemplo, hasta los secretos mejor guardados e inconfesables) Claro que esto daría pie a una nueva generación de profanadores de tumbas digitales. ¿Qué no? Porque murió hace 50 años y no había herencia digital, pero cuanto profanador se acercaría a la pirámide digital de JFK para buscar sus recuerdos con Marilyn. Y otras cosas de mayor calado. Porque lo que tengo claro es que esto acabará siendo tendencia y hasta Google dedicará desarrollos para ordenar los Yoes digitales port morten de sus extintos clientes.
También tengo claro que no tengo ninguna gana de iniciar con mi ejemplo esta tendencia ni a medio ni largo plazo, y de que a lo mejor es bueno combinar momentos tontos oyendo y tomando copas el viernes noche para luego enfrentarte al crudo destino el sábado por la mañana.

Marilyn Monroe