Tengo que hacer (más) deporte. El deporte es un hábito (como la lectura o como el del monje) y no puedo perderlo. Y que razones me doy habitualmente para vencer mi innata pereza antes de ponerme las zapatillas, el bañador o coger la bici. Pues que perderé algún kilo, que soportaré mejor el estrés, que estaré más bueno (aun) y sobre todo que me disciplinará para ser mejor organizado y resistente ante la multitud de tareas, necesarias y aburridas, tanto en el trabajo como en el hogar.
Pero además resulta que hacer deporte facilita el desarrollo cerebral. ¡!! Esta también sería una buena razón. Aunque siga pensando que la red, y nuestras vivencias virtuales serán las que nos muten y evolucionen nuestra mente resulta que hacer deporte si parece que funciona y nos mejora cerebralmente. Veamos.
Primero, lo dijeron los clásicos. Mens Sana In Corpore Sano, y eso es un punto, pero además resulta que hay estudios que lo corroboran.
Phillip Tomporowsky en 2008, investigador de la universidad de Georgia en Atenas, pública un estudio según el cual los niños con mejores condiciones físicas obtienen un mayor rendimiento escolar.
Marian Diamond de Berkerley tras entrenar a ratas a mediante ejercicio físico y analizar su cerebro comprobó que en general la corteza cerebral responsable de las funciones cognitivas superiores estaba mejor vascularizada y era de mayor grosor.
Esto funciona con humanos? Ana Pereira de la universidad de Columbia en Nueva York estudió a un grupo de voluntarios de entre 21 y 45 años sin experiencia en practicar ejercicio continuado, les sometió a una prueba de memoria y a una imagen tomográfica mediante escáner, a hacer ejercicio y al finalizar el programa también se comprobó un aumento en la vascularización del hipocampo y mejores puntuaciones en los test.
Y mi Yo Digital qué? dormitando en el PC. Vamos levántate y corre le dije. Estoy intentando unir los dos mundos el virtual y el físico a ver si consigo una realimentación positiva entre ambos, y ahora corro con mi Smartphone, que me registra con el GPS cada carrera, que es capaz de comparar el rendimiento de cada día con los anteriores, y que me ha creado el gusanillo de ver como he mejorado o empeorado cada día analíticamente, con cifras y datos. Como decimos cuando tratamos los problemas de calidad, “lo que no se mide no se puede mejorar” y definitivamente con un Smartphone puedes medirlo casi todo. Y además existen multitud de programas que lo hacen hasta divertido. Lo que no consigo es volverme un deportista 2.0 y publicar, compartir, mis cronos con la red. Al menos mientras sean tan malos.
La verdad es que he logrado dar un impulso a mi actividad física, (No aun a mis marcas, ni a mi silueta) y tampoco sé si he  logrado aumentar el grosor o la  capilarización de mi cortex cerebral. Ahora me queda la inversa.
Vinoth Ranganathan, de la Clínica Clevenlan, Ohio, invitó a 30 adultos a imaginarse con la mayor intensidad posible que doblaban su dedo menique, así durante 15 minutos, cinco días a la semana durante doce semanas. Y al final el dedo menique de estos atletas mentales había aumentado un 35 % su fuerza muscular.
Veré como puedo programar a mi Yo Digital, con Smartphone o sin él, para que haga deporte él sólo, virtualmente, y que  repercuta en mi Mente y Cuerpo físico.